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Áreas de Rehabilitación Integral (ARI) – Cádiz

La Barriada de la Paz es uno de los barrios de la ciudad de Cádiz más vulnerables y con mayor riesgo de exclusión social. Está dentro del programa de Áreas de Rehabilitación Integral (ARI) que forma parte del proyecto ‘Regeneración Urbana en Barrios Desfavorecidos’, financiado con fondos europeos de la Inversión Territorial Integrada (ITI) de la provincia de Cádiz.

La transformación de la Barriada de la Paz: la vida sin barreras

La mayor parte de los vecinos de esta zona de Cádiz son personas mayores que han visto cumplido el sueño de tener ascensor en su edificio y menos obstáculos en la calle gracias al impulso de la Inversión Territorial Integrada (ITI) de la provincia gaditana

La Barriada de la Paz es uno de los barrios de la ciudad de Cádiz más vulnerables y con mayor riesgo de exclusión social. A la falta de oportunidades laborales se une una deteriorada dotación de equipamientos e infraestructuras públicas, una deficiente urbanización de zonas de ocio y participación ciudadanas, una trama urbana jalonada de barreras arquitectónicas, escasez de comercios y un parque de viviendas de los años 70 con amplio margen de mejora para sus residentes, la mayoría personas mayores.

Esa configuración impulsó a las administraciones a incluir la Barriada de la Paz en el programa de Áreas de Rehabilitación Integral (ARI) que forma parte del proyecto ‘Regeneración Urbana en Barrios Desfavorecidos’, financiado con fondos europeos de la Inversión Territorial Integrada (ITI) de la provincia de Cádiz.

Dicho proyecto, coordinado por la Consejería de Fomento, Articulación del Territorio y Vivienda de la Junta de Andalucía, ha destinado a la provincia 31,9 millones de euros para regenerar las viviendas y el entorno urbano de barriadas vulnerables de los ocho municipios gaditanos con más de 50.000 habitantes, entre ellos, Cádiz. En el caso de la capital gaditana esta iniciativa se traduce en una inversión de 4,8 millones de euros en la Barriada de la Paz: 3.678.153 euros para la rehabilitación residencial y 1,2 millones para mejorar el espacio público.

23 edificios rehabilitados, 307 familias beneficiarias

La rehabilitación de los edificios de viviendas ya ha terminado y la fisonomía del barrio ha empezado a cambiar. La mayor transformación se ha producido en términos de bienestar con la mejora de la calidad de vida de las 307 familias que residen en los 23 bloques de pisos renovados íntegramente con cargo a la ITI. María José de la Orden, responsable del servicio de Rehabilitación y Arquitectura de la delegación territorial de Fomento en Cádiz, destaca las señas de identidad de este proyecto: “se distingue de otras ayudas públicas en que la subvención que concede cubre el 100% del coste de la obra (en vez de un porcentaje) y se orienta a la  rehabilitación de edificios de viviendas privadas con condiciones de habitabilidad deficientes (en lugar de viviendas públicas)”.

Ninguna persona mayor ‘atrapada’ en su casa 

El foco de actuación de la rehabilitación residencial en la Barriada de la Paz se ha dirigido a la mejora de la accesibilidad, la eficiencia energética y la modernización de los edificios. Para la accesibilidad se ha instalado ascensor en los 21 bloques que no tenían, así como rampas para personas con movilidad reducida y dispositivos de información y comunicación para personas con discapacidad sensorial. Para mejorar la eficiencia energética se han impermeabilizado cubiertas y actuado en azoteas, fachadas y medianeras a fin de mejorar la envolvente de los edificios, que ahora están mejor aislados del calor y el frío. Asimismo, se han renovado instalaciones comunes de saneamiento, abastecimiento de agua, electricidad, gas y telecomunicaciones y se han colocado placas solares en tres bloques. A los dos bloques que ya contaban con ascensor se les ha dotado de otros elementos complementarios de accesibilidad.

“Con estas obras se da cobertura a las demandas y necesidades de los vecinos de la Barriada de la Paz y se dignifica la vida de muchas personas mayores gracias a la instalación de ascensores”, explica la técnico de la Junta. Sin ir más lejos, una de estas personas es un familiar de 90 años de Ángel Ocaña, presidente de la asociación de vecinos Los Corrales. “Mi suegra vive en una cuarta planta sin ascensor y desde septiembre de 2021 no salía a la calle”, cuenta. No es un caso aislado. Los vecinos de enfrente son un matrimonio mayor. Ella respira gracias a una botella de oxígeno y su marido tiene problemas cardíacos y respiratorios. La mayor parte del vecindario tiene más de 70 años. “Estas viviendas se entregaron en 1974, vinieron a vivir personas con cerca de 40 años y muchas siguen aquí”, recuerda.

Cambio de vida

Por este motivo el representante de los vecinos destaca el “cambio de vida” que ha supuesto este proyecto desarrollado bajo el paraguas de los fondos Feder y desde el modelo de cooperación institucional entre la Junta de Andalucía (gestora de los fondos) y los ayuntamientos (entidades colaboradoras en las obras en el espacio público). No solo porque “hay muchos mayores que vivían en una tercera, cuarta o quinta planta sin ascensor” sino también porque ha supuesto un coste cero a “personas pensionistas con rentas bajas que, de otra manera, difícilmente hubieran podido afrontar el gasto de instalar un ascensor”.

La mejora de la eficiencia energética de los edificios también ha contribuido a un mayor bienestar y un menor gasto para el bolsillo de los residentes, que ahora tienen menos demanda de consumo de electricidad. La mejora calidad de vida también se nota en otros pequeños gestos cotidianos como abrir un grifo: “Las conducciones de agua de algunos bloques estaban corroídas y el agua caliente venía acompañada de mal olor, al sustituirse se acaba con esa situación”.

Un entorno más verde y sin barreras

La transformación de la barriada de la Paz se nota dentro pero también fuera del portal de los edificios: en el entorno urbano. La otra pata de los fondos ITI en la capital gaditana también están destinados a la regeneración del espacio público. En concreto a la reurbanización y mejora de la accesibilidad de la zona integrada por las calles Santo Domingo de la Calzada, Eduardo Benot y Rafael Picardo O’Leary. Estas obras se desarrollarán a lo largo de 2023 con un presupuesto de 1,2 millones de euros que revertirán en beneficio de los ciudadanos que disfrutarán de un entorno más verde, más amable y más accesible.

Las obras, adscritas a un convenio de colaboración entre la Consejería de Fomento, Articulación del Territorio y Vivienda y el Ayuntamiento de Cádiz, contemplan un conjunto de actuaciones basadas en “un modelo de crecimiento inteligente, sostenible e integrador que mejore la accesibilidad y calidad medioambiental”, reza el proyecto.

En la reurbanización del espacio delimitado por las tres calles se ampliarán los acerados creando itinerarios peatonales accesibles y seguros que incluyen tres pasos de peatones nuevos. Se transformará el amplio espacio de aparcamiento para vehículos de la calle Santo Domingo de la Calzada en una gran zona para la estancia y el esparcimiento ciudadano en la que se plantarán nuevas especies y se sustituirá parte del arbolado creando una nueva zona verde. Para completar la regeneración se dotará al nuevo espacio público de mobiliario urbano (papeleras, bancos y fuentes para beber agua), una nueva red de alumbrado público con tecnología led, aparcamientos para bicis, un parque infantil y una zona de aparatos de gimnasia para personas mayores, muy demandada por la entidad vecinal.

Para mejorar la movilidad se eliminarán las cuatro escaleras de acceso a los patios de Santo Domingo de la Calzada y se sustituirán por alternativas más inclusivas.

Solución a problemas

La mejora de las infraestructuras públicas que incorpora este proyecto tiene como consecuencia inmediata la solución a situaciones adversas que vivía la barriada. Así, la renovación del sistema de recogida de aguas pluviales y saneamiento resolverá las inundaciones que sufren los vecinos de los siete bloques situados en la zona conocida popularmente como el ‘boquete’, entre la calle Santo Domingo de la  Calzada y la avenida de Huelva. “A los vecinos esta intervención urbanística les salva la vida porque evita que las plantas bajas de sus edificios -donde se encuentran los contadores de luz y agua- se sigan anegando en días de lluvia por la incapacidad de los sumideros y la pendiente de la avenida”, explica responsable vecinal.

Por otro lado, el tipo de asfalto que se empleará en la reurbanización de la barriada favorece la absorción de agua y evita el efecto espejo del sol lo que impedirá, por un lado, la creación de bolsas de agua cuando llueve y, por otro, la emisión de calor en días de temperaturas altas.

El resultado: un barrio más amable para estar y vivir.

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