ITI Cádiz | El impulso que transforma Cádiz

Innovación, transferencia y emprendimiento al servicio de Cádiz

El Centro de Transferencia Empresarial El Olivillo se consolida como referente tecnológico y símbolo de la productividad de la provincia.
María Jesús Mosquera, vicerrectora de Política Científica y Tecnológica de la UCA.

La innovación soluciona problemas, estimula el tejido productivo e impacta en el progreso de la sociedad. Estos son los retos que está logrando en Cádiz el Centro de Transferencia Empresarial (CTE) El Olivillo desde el inicio de su actividad en verano de 2021. En este tiempo se ha convertido en un referente del desarrollo tecnológico de la universidad y de la ciudad.
Tras más de 30 años cerrado, la Universidad de Cádiz (UCA) y la Junta de Andalucía resucitaron este edificio singular para transformarlo en epicentro de innovación gracias a los fondos europeos de la Inversión Territorial Integrada (ITI), gestionada por la administración andaluza, que supuso una inyección de 4,5 millones de euros para la rehabilitación del espacio.
Cádiz ganaba una infraestructura para la transferencia de conocimiento, la innovación y el emprendimiento. Investigadores, empresas y emprendedores, un meeting point donde llevar a cabo una tarea común: contribuir al desarrollo territorial, a la generación de empleo y a mejorar el desarrollo social y económico de la provincia.
Un año y medio desde la puesta en marcha de este edificio emblemático de la arquitectura racionalista andaluza El Olivillo bulle de actividad y se abre hueco como acelerador de iniciativas innovadoras y tecnológicas ofreciendo recursos para proyectos colaborativos entre empresas y universidad. “El Centro de Transferencia Empresarial nació con un propósito fundamental: la transferencia del conocimiento generado por nuestros investigadores a la sociedad”, explica la vicerrectora de Política Científica y Tecnológica de la UCA, María Jesús Mosquera. Y lo más importante, añade, “es que se está convirtiendo en un escenario habitual de trabajo y sinergia entre los investigadores de la universidad, las empresas y la sociedad”.
Para medir la relevancia social de lo que se hace en este edificio moderno y funcional en el que trabajan a diario unas 150 personas basta con imaginar qué hubiera sucedido si en estos dos años atrás instituciones públicas, centros de investigación y empresas privadas de todo el mundo no hubieran compartido avances científicos para obtener una vacuna contra el covid-19. Sin esa colaboración y transferencia de conocimiento entre unos y otros el impacto en la sociedad hubiera sido mucho más devastador. Esta filosofía es la misma que rige en El Olivillo, “un centro que pone recursos al servicio de los investigadores y los investigadores al servicio de la sociedad”, recalca la vicerrectora.
Los proyectos que se desarrollan son muy diversos. Desde innovación en materiales avanzados sobre fabricación aditiva hasta investigación agroalimentaria basada en algas.

Apuesta por la economía azul (Este ladrillo se podría transformar en despiece si la maqueta lo permite)
Cádiz es un referente internacional en economía azul. El CTE presta especial atención al desarrollo de sectores clave para la provincia de Cádiz, en especial, al relacionado con el mar. El Campus de Excelencia Internacional del mar (CEI·MAR) también abrió instalaciones aquí, donde coinciden grupos de investigación en el ámbito marino.
“Desde El Olivillo se gestiona un espacio natural de 39 hectáreas, las salinas de la Esperanza, que representan un laboratorio natural único en el mundo en el que se investiga, se divulga y en el que nacen emprendedores”, explica la vicerrectora.
En los laboratorios y salas de catas de El Olivillo se refleja esa supremacía de Cádiz en innovación azul con proyectos sobre investigación aplicada para conservar y mejorar la biodiversidad, cultivos de microalgas y salicornia, y mejora de la producción de sal artesanal y flor de sal, entre otros.

Coworking e incubadoras frente a la Caleta
El Centro de Transferencia Empresarial, ubicado en el cinturón universitario y a pocos metros de uno de los lugares más fotografiados de la ciudad de Cádiz -la playa de la Caleta-, tiene varias plantas con funciones distintas. La planta baja está destinada al emprendimiento, “al trabajo de los jóvenes egresados que quieren emprender”. Cuenta con un atractivo espacio de coworking y en ella se encuentra también la Cátedra de Emprendedores y la Dirección General de Emprendimiento.
En la primera planta están las incubadoras, donde ocho investigadores egresados están creando su empresa de base de conocimiento e innovación. La segunda y cuarta planta están dedicadas a laboratorios, “espacios para generar transferencia y conocimiento y en los que trabajan los investigadores”. En la planta tercera está el vicerrectorado de Política Científica y Tecnológica donde un nutrido cuerpo de técnicos trabaja en la gestión de todos los proyectos.
Estas instalaciones están abiertas a emprendedores, startups, empresas, profesores, investigadores, estudiantes y egresados de la UCA que tengan alguna iniciativa de emprendimiento.

Carta de servicios
La oferta de servicios del centro es amplia. Por un lado alberga los servicios de apoyo y asesoramiento para la innovación y el desarrollo territorial: asesoría legal en innovación para empresas, consultoría en I+D+I, gestión de proyectos de innovación y asesoramiento tecnológico, oficina de proyectos europeos y cátedras externas de la UCA. Por otro lado, servicios de transferencia e innovación para las empresas: fabricación virtual, desarrollo y simulación de productos y procesos industriales, ensayos no destructivos, energías renovables marinas, desarrollo y diseño de alimentos agromarinos, biotecnología de algas, fabricación aditiva, robótica avanzada, etc. Y, también, servicios de apoyo a los emprendedores que incluye un vivero para empresas de base tecnológica e innovadoras y un Centro de Apoyo al Desarrollo Empresarial (CADE) de la Junta de Andalucía para facilitar el emprendimiento de profesores o estudiantes sin salir de la universidad.
En la ciudad más antigua de Occidente la historia ha querido dejar su impronta en este centro gaditano consagrado a la innovación. En sus cimientos reposan los restos del testaccio romano de Cádiz, un yacimiento hallado durante la rehabilitación del edificio que ha permitido contextualizar la importancia de la ciudad durante el Imperio Romano. “Un edificio con historia que está haciendo historia para el futuro de los ciudadanos”, sentencia Mosquera.